Fanfic Aroma - Prólogo.


Recuerdo que era un dia de invierno, la primera vez que la vi, a ella... La nueva alumna que venía desde la provincia de Kyoto, desde el instante que la ví pensé que era un ángel, era la niña más hermosa y adorable que había conocido, sus ojos rojos como las cerezas, su cabello castaño pálido, su piel blanca como la leche parecía tan suave como unos mochis... Sinceramente pensaba que ella no podía ser otra cosa más que una princesa.

Yo tenía 13 años y en ese entonces estaba en mi primer año de secundaria. En su presentación ante la clase, ella solo dijo que se llamaba Fujino Shizuru y que se había mudado a Fuuka por cuestiones laborales de sus padres. En el primer dia por alguna razón ya se hizo amiga de todos, las niñas sentían mucha admiración por ella y los niños ni que decir, estaban embobados por ella, incluso los profesores ya la tenían en alta estima.

Jhe, y yo? como soy? yo era todo lo contrario que Fujino-san, era flaca, pequeña, usaba unos lentes de pasta gruesa, mi cabello azul oscuro era lindo según mi madre pero yo siempre lo tenía en trenzas, mi piel era pálida y los niños de mi clase me llamaban Babayaga. Para mi desgracia siempre me tocaba sentarme al frente a causa de mi mala vista. Fujino-san se había sentado en el asiento vacío detrás mío, en ese momento pensaba que era una bendición, que tal vez... algún día al hablarnos seriamos buenas amigas o algo asi.

Pero no hablamos, ya había pasado mas de un mes y yo apenas y le he dicho buenos días, ella ni me respondía solo me miraba un rato a los ojos y luego giraba su rostro. Solo me quedaba suspirar y sentarme callada aguardando a que la clase empezara, así había sido desde el primer día, y como iban las cosas creía que así seria siempre.

Hasta que un dia de primavera, en la hora del almuerzo noté que me faltaban unos colores, eran los que mi madre recién me había comprado, había estado rogándole por mas un mes para que me los comprara. Busqué y busqué, intentaba recordar donde fue la ultima vez que lo había sacado de mi cartera y recordé que en la hora de artes había estado jugando con ellas. Corri, corri muy fuerte hacia esa dirección y allí me encontré con unos compañeros míos, tres de ellos Sato, Hiroki y Fujumi, los cuales eran los que siempre me molestaban, los que ponían tierra en mi zapato, bichos en mi asiento y me ponian apodos desagradables. En las manos de Sato, quien era el más grande de mi salon encontré mis colores.

Me acerqué temblando a él, y empecé a decirle que los colores que tenia eran mios y que me los devolviera, el se habia enojado y me llamó mentirosa, que esos colores tan lindos eran suyos y que me largara, yo a lo contrario me tire encima de el tratando de sacarle los colores pero como ellos eran tres facilmente me empujaron haciendo que me golpeara la cabeza. Empeze a llorar y los otros niños solo se burlaban de mi y me llamaban coreando Babayaga, o lo que seria en términos significativos, bruja del bosque.

Hasta que de la nada apareció Fujino-san enojada comenzó a insultar a los niños diciéndoles unas palabras que jamás me imagine que vendrían de ella. Las palabras exactas fueron

-"Estúpidos campesinos! Que creen que le están haciendo a mi sirvienta? Detenganse!"

Los demás se quedaron helados, sin saber que hacer, Fujino-san se acerco a Sato y lo encaró diciéndole que me devolviera los colores, que ella sabia que eran míos y que dejara de molestarme o que ella le haría a el la vida imposible. Yo estaba tan sorprendida que había parado de llorar. Los niños asustados comenzaron a correr de alli no sin antes que Sato me devolviera los colores.

Al quedarme sola con Fujino-san en el salón de Artes, no sabia que hacer o que decir. Ella se acercó a mi y empezó a tocar mi cabeza, dijo algo de que me tranquilizara y que le acompañara a la enfermería, ya que por el golpe en la cabeza me habia salido un pequeño chichón. Me jalo de la mano y empezó a regañarme, diciendome que era una tonta por enfrentarme a unos chicos por unos colores, me dijo mas cosas pero no logro recordarlo bien. Ya en la enfermería, la enfermera me paso una bolsita de hielo y me recomendó el tomar un pequeño descanso. Fujino-san no se marchó, se quedó en todo momento conmigo. Las clases ya habían empezado de nuevo pero ella se quedo conmigo, me pregunto si yo era acosada, que si me trataban mal, o si me habían hecho cosas peores que eso que vió. Yo solo asentia e intentaba no llorar.

En eso ella me agarro del cabello, y me dijo enojada que no permitiría que nadie mas me hiciera algo a mi, y que si alguien que no sea ella se atrevía a lastimarme, estos se la verian con ella. En ese momento yo no la vi como una princesa delicada como antes, la vi como mi principe azul, ese que me protegeria de todo mal, que me cuidaría y que me trataria como su princesa de ensueño... Jhe... Eso era lo que pensaba, hasta que ella con un aura oscura se levantó y me apunto con su dedo diciéndome:

-"Desde ahora la única que te podría molestar y dar ordenes seré solo yo, ¿me entendiste campesina?"

Desde ese momento yo deje de ser la burla del salon, para pasar a ser la sirvienta de Fujino-san en la escuela, donde sea que ella fuera yo tenia que acompañarla, lo que sea que ella queria yo tenia que conseguirlo, nadie volvió a molestarme desde esa vez, mas bien me trataban como si fuese un accesorio mas de Fujino-san, me hacia la vida imposible, yo no podía hacerle nada, me daba pánico el tener que rechazar alguna orden suya, por su culpa no había hecho amigos, y mi vida secundaria fue una tortura.

Ahora tengo 15 años, estoy en mi ultimo año de secundaria, casi nada a cambiado en mi. Fujino-san se ha vuelto mas popular a pesar de su extraño carácter, ella sigue teniendo más y más admiradores.

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