-Midori...-Dije con los ojos acuosos.-Lo tome... Accidentalmente me lo tome...
-¿Tomaste? ¿Qué fue lo que tomaste?-Preguntó extrañada no entendiendo nada.-Además ¿que haces despierta tan tarde?
-Es "temprano" ya, y... Lo que tome... Fue aquel suero que me diste...
-¿Suero...?-Preguntó extrañada.-¿Estas hablando del suero que apenas te di ayer?-Inquirió totalmente pálida y en susurros apenas audibles.-¿para que lo guardarás?
-Ese mismo...-hable con el mismo tono, apenas audible.
-Oh... mierda...-El labio superior de Midori empezó a temblar.
Empezaba a sentir un calor extraño en la boca del estomago, cosquillas en las plantas de los pies y en mis manos, el calor empezaba a inundar mi pecho y sentía mi cuerpo entero arder, empecé a sudar y a sentir desesperación.
Midori corriendo había subido escaleras arriba a buscar algo y me dijo que la esperara en la cocina(me sorprendía que mis padres siguieran durmiendo), mientras yo me sentía a punto de caer.
El calor era tanto que la ropa empezaba a estorbarme, a causarme comezón...
-Arg! Necesito quitarme esto de encima ahora mismo, no aguanto...-Me empecé a desabotonar la camisa que tenia de pijama, el sudor lo había pegado mas a mi cuerpo y me sentía asfixiada, apure y me quite mis pantalones, sentí la fresca temperatura de la mañana tranquilizarme un poco. Busque un vaso y lo llene de agua del refrigerador, estaba con mucha sed de repente y el piso comenzaba a tambalearse un poco.- Maldición! me estoy empezando a marear...-Susurraba mientras me sujetaba a la encimera para no perder el equilibrio.-Parezco una maldita borracha...
-Oh, oh...-Midori había regresado y traía consigo un maletín.-Veo que el suero ya surtió efecto, eso fue muy rápido...-Dijo mientras me agarraba de la muñeca y me llevaba a la sala, haciendo que me acostara en el sofa.
-¿Qué me esta pasando Midori? Siento que me voy a ahogar y este calor es insoportable... Dios! ¿¡Voy a morir o que pasa!?-Estaba asustada y estaba comenzando a temblar.
-Nada de eso pequeña, Shisho me mataría si algo como eso te pasara.-Dijo tratando de calmarme, mientras sacaba una jeringa y lo sacudía a modo de sacarle el aire- Lo que estas sintiendo es el efecto del suero en tu sistema. Natsuki, debiste esperar como te había dicho.-espetó enojada- El suero debe ser suministrado poco a poco y no de una sola vez, ya que sus efectos son muy fuertes para el organismo humano mas para ti. No eres un oso, ¡no debiste tomarlo como si fuera agua!.
Midori se notaba inquieta, estiró mi brazo y lo limpio con alcohol, desinfectando el lugar donde iba a inyectarme, busco mi vena y sin más, sentí el rápido pinchazo a lo cual solo pude emitir un leve quejido, después de un rato sentí unas cosquillas en todo mi cuerpo, luego empecé a sentir que el temblor paraba pero el calor seguía igual.
-Esto hará que el efecto del suero fluya más lento, o eso espero, los efectos seguirán en ti pero va a disminuir su intensidad.
-Sigo teniendo mucho calor...-Dije mientras mi respiración se regulaba un poco... Estaba avergonzada por haber cometido este incidente tan estúpido.-Lo lamento, lo tome distraídamente.
Midori solo se tomo la cabeza con fuerza, como tratando de pensar y analizar la situación en la que estábamos.
-El calor que sientes irá bajando poco a poco, pero después de un tiempo indefinido, lo que te acabo de inyectar perderá sus efectos, por eso antes de que eso pase tendrás que volver a inyectártelo.-Midori se sentó en el suelo no menos calmada pero si resignada.
-¿Seguir inyectandomelo? -osea que no terminaba aquí.
-Ajah...
-¿Quieres decir que esto no acaba aquí?-Pregunte mientras me tapaba con las manos mis pechos, que ahora que notaba que el calor en mi cuerpo comenzaba a disminuir me sentía algo avergonzada por estar en ropa interior, frente de alguien que apenas conocía.
-Uff... Si, tendrás que seguir inyectándote esto,-Decía ella, mientras me mostraba un estuche lleno de jeringas que contenían un líquido verde que anteriormente había usado en mi.-Quedan pocas, esperemos que estas sean suficientes.-dijo mientras me miraba con cara de preocupación.-Lo digo porque sin esto.-Balanceaba el estuche- Tendrás que aguantarte los efectos del suero, que de por si solo ya es fuerte, pero que en tu caso mezclado con el componente extraño en tu sistema y el hecho de que seas mujer... No se que otros efectos puedan tener en ti. Ah...-suspiró.
-¿Es una broma?- ¿por qué no me hablo de eso antes de que me lo diera?
- Por esto quería que aguardaras para hacer los exámenes y pruebas correspondientes primero...-Decía mientras se levantaba e iba a la cocina para recoger los restos de mi pijama.
-Arg!, esto me pasa por ser una estúpida muy despistada.-Dije mientras me sentaba en el sofá y me abrazaba a mis piernas.
De repente tenía unas extrañas ganas de llorar, y de comer... Mi estómago hizo un rugido que Midori había escuchado, ya que estaba frente de mi pasándome mi pijama.- Ugh... Por qué me siento así, siento tanta tristeza por alguna razón y mucha hambre...
-Jaja Prepárate para más cambios, tu organismo va a estar inestable por un tiempo, asumo que por tu peso y tu condición... El suero tardara para que sus efectos sean visibles en el exterior, lo más difícil sera combatir al componente raro de tu interior...
-¿Quieres decir que el "veneno" que esta dentro mío desaparecerá?
-No necesariamente, más bien lo que el suero hará es que los efectos que obstruyen el buen funcionamiento de tu organismo disminuyan a tal punto de que este mejore y te notes con mas vitalidad, te hará más saludable, poco a poco te iras sintiendo mejor, pero aun hay algunas cosas que me preocupan.
Pero para ello necesito tener más información para poder confirmarlo... No quisiera asumir algo en tu caso, ya que eres la primera mujer en consumirlo, y para empeorar te has tomado el suero vía oral y de una vez... Oh cielos, Natsuki-chan ¿cómo puedes ser tan despistada?-Midori suspiraba y se tocaba la frente, mientras que yo solo bajaba la mirada avergonzada y mi estomago volvió a rugir.- Bueno, ya no importa, lo hecho, hecho esta.-Dijo con una media sonrisa mientras observaba el reloj de pulsera que tenia.-Tu madre esta por levantarse, son casi las 6, ella y tu padre son como muy puntuales con ello, sería bonito que le preparemos el desayuno a tus padres, ¿no?
Revolvió mi cabello y se fue dirigiendo a la cocina mientras bostezaba y se estiraba un poco, ella no había podido dormir nada... Me sentí algo culpable.
-Auch...- y ahora notaba el dolor del pinchazo en mi brazo.
-Ven pequeña, en serio necesitaré tu ayuda si no quieres que incendie esta cocina de la que tu padre esta tan orgulloso!-dijo con una sonrisa mientras que con su mano me llamaba.
Apure a pesar de sentir mi cuerpo pesado, me puse el pijama y fui a la cocina a reunirme con ella. Empezamos a cortar algunas frutas, a preparar café, sumo de naranja, arroz con verduras y hot cakes, los cuales eran los favoritos de mi padre.
Midori hacia las cosas como si estuviese diseccionando a alguien, como si siguiera paso a paso sin saltarse detalles de un manual, aquello solo me hizo pensar que mi padre seguía siendo el único que cocinaba en esta casa, ya que por lo que veo Midori y mi madre no tienen mucho tacto para la cocina... Ambas no saben usar un cuchillo de cocina.
Ya con el desayuno listo, Midori me mando a mi cuarto para que me aseara antes de desayunar, estando en el baño de mi viejo cuarto escuche un ruido afuera, debía ser mi madre, que ya había despertado. Conocía la rutina de mi madre, ella despertaba a las 6 am, luego se aseaba y mientras ella lo hacia mi padre se despertaba por el ruido de la ducha, al despertar ponía su equipo de sonido en una radio que ponía canciones antiguas, y que daba las noticias locales del día.
Justo en ese momento escuche la radio encenderse en la emisora usual que escuchaba mi padre, aquello me hizo sonreír.
Apure mi ducha, mi cuerpo seguía estando caliente pero no sentía como si tuviera fiebre o algo así, tenía mucha hambre y los sentimientos a flor de piel, extrañamente ahora estaba emocionada y eufórica.
Mirándome en el espejo pude ver que estaba sonriendo y no sabía el por qué exactamente, a pesar de que tenia algunas ojeras, pero no es como si me importase mucho, me puse el albornoz, cepille mis dientes, y encendí la secadora, siempre me hacía cosquillas ese calor que emitía, empecé a reír de la nada como una niña, era extraño pero me sentía inusualmente muy alegre, con mi cabello seco entre a mi habitación y dispuse de mi ropa, me aliste rápido con una vestimenta cómoda y agarre una cajita envuelta en papel de regalo, estaba seguro que esto pondría feliz a mi padre.
Estaba por salir y bajar a desayunar cuando recuerdo que había dejado mi celular cargando.
Mire hacia el buró de mi cama y vi mi celular, fui a desconectarlo encontré cinco mensajes de mis amigas una de Yukino, dos de Youko y dos de Mai, seguro era mensajes que me enviaban para contarme como les fue en la salida de anoche.
Volví a sonreír y guarde mi celular, los leería más tarde. Cuando baje encontré a mi madre tomándose una tasa de café y miraba las noticias en su tablet. Me acerque donde estaba ella, bese su frente y le pregunté cómo había amanecido a lo que ella me abrazo y me beso en ambas mejillas diciéndome que bien y preguntándome lo mismo, antes de responderle oí que mi padre bajaba por las escaleras y se acercaba a la cocina.
-¡Feliz cumpleaños Papá!-Dije mientras le mostraba su regalo, mi padre empezó a lagrimear.
-Mi... ¡Mi nenaaaa!-Me abrazo y me hizo girar, restregaba su barbuda mejilla con la mía y sentí su barba rascándome, siempre le pedía que se quitara la barba por esa razón, y ahora solo me hacia sentir nostálgica, me recordaba a cuando era pequeña y mi padre hacía siempre lo mismo.-Gracias por estar aquí cielo y por el regalo.-Decía mientras tomaba el regalo y lo desenvolvió rápido, mi padre adoraba los regalos, observe a mi madre quien solo sonreía mientras seguía leyendo las noticias desde su tablet.-Wooooho, Es un CD con la dedicatoria de J.K King para mi!?- J.K era uno de los artistas favoritos de mi padre, un día cerca del lugar de mi trabajo, a el artista le había tocado hacer una firma de autografos por el estreno de su nuevo disco, tuve suerte de poder conseguir un disco autografiado por el, habían muchas personas en la fila y aquella vez tuve que quedarme más de dos horas aguardando mi turno por suerte era mi día libre.
-Espero que te guste Papá.-Dije mientras reía.
-¡Amor de papi! Claaro que me eeeencanta, gracias cariño, esta genial.-volvió a abrazarme y rascarme con su barba.-siempre encuentras la forma de sorprender a tu padre.
-Me alegra que te gustara Papá.-Dije mientras reía.
-Yamada, ven a probar el desayuno que tu hija y Midori prepararon por tu cumpleaños.-Hablo mi madre con una sonrisa.
-Hot cakes!?Awww Este cumpleaños no pudo iniciar mejor, gracias bebé, pero dónde esta Midori-chan?-Pregunto mi padre, ya que no estaba por ningún lado la mencionada.
-Estaba por caer dormida en medio de la cocina, así que la envié a que descansara, seguro dormirá un tiempo más, pero me dejo dicho que esa caja que esta en la sala es para ti, dice que espera que lo disfrutes.-Mi madre señalaba con la vista una caja brillante muy muy brillante.
-¿Oh?... Que llamativa, como siempre Midori-chan...-Mi padre se apuro para abrir el regalo, le gustaba hacer eso.-Oh cielos...
-¿Qué es?.-Dijimos mi madre y yo al mismo tiempo.
-Es... Es...-Mi padre hacía eso a propósito y tanto a mi madre como a mi nos dió más curiosidad.
-Yamada cielo, dilo de una vez...-Mi mamá era impaciente cuando algo le agarraba curiosidad, creo que saque esa parte de ella porque yo también estaba muy impaciente.
-Es...-Mi padre saco una cosa oscura y esponjosa, al principio no supe que era, hasta que me fije mejor y tanto mi madre como yo no pudimos evitar reírnos, lo que mi padre tenía entre manos era una peluca afro. La cara de mi padre estaba colorada.-Mou... No se rían...
-Pruébalo amor, quiero ver como te queda.-Mi padre muy a su pesar hizo lo que mi madre quería. Se lo puso y totalmente sonrojado se acercó a mi madre, con una sonrisa.
-¿Me veo como en los viejos tiempos?-Dijo mi padre y mi madre se agacho para besarlo.
-Como si tuvieras 25 años cariño.-Volvió a besarlo y yo solo pude mirar hacia otro lado avergonzada por tan empalagosa y cursi escena de mis padres.
Mi mañana en la casa estuvo bastante tranquila, me la pase platicando con mis padres, como siempre mi padre me preguntaba de todo menos de chicos, mi madre recibía muchas llamadas, aunque siempre intentaba apurarse para regresar con nosotros, Midori despertó a la hora del almuerzo, y se reunió con nosotros, luego le hizo bromas a mi padre por su regalo de cumpleaños.
Llegado el atardecer, empezaron a llegar las visitas, amigos de mis padres venían a felicitarlo y a pasar un tiempo con el, estuvieron encerrados en la sala de juego bebiendo y divirtiendose.
En tanto a eso de las siete y media de la tarde, yo empezaba a sentirme un tanto extraña, sentía una sensación cosquilleante en mi espalda, en la planta de mis pies y manos.
Mis ojos los sentía arder un poco, en ese momento Midori que me estaba vigilando desde lejos se acercó a mí y me condujo a mi disimuladamente a mi habitación.
Ya allí, tomó el estuche que yo había dejado preparado encima de mi cama.
-Natsuki, no dejes esto por ahi, es peligroso ya que si pierdes esto estarás en problemas.-Yo solo asentí distraídamente, las sensaciones estaban abrumándome, sentía mi mente como si estuviese flotando en el aire, el calor comenzaba de nuevo a hacerse mas fuerte, y de nuevo las ganas de quitarme la ropa...-Siéntate, y muéstrame tu brazo... Oh no.-Dijo con un pequeño gritillo.- Lo tienes morado, el lugar donde te lo puse anteriormente, esto esta mal. Tengo que ponerlo en otra parte donde no sea muy visible...-En eso note que Midori observaba mi cuerpo y una sonrisa malvada apareció en su rostro, el cual me causo escalofríos.-Na-tsu-ki-chan, acuéstate boca abajo, por favor~
-¿Q-Qué? ¿¡Por qué!?-Pregunté dudando si debía o no hacerlo.
-No tenemos tiempo para esto.-En un santiamén ella se había lanzado a mi y me hizo acostar boca abajo, la sensación de sentir su cuerpo encima mio me dejo descolocada, nunca me había sentido emocionada por algo así, mi corazón revoloteo como una locomotora, ella rápidamente bajo un extremo de mi jeans, dejando visto una parte de mi nalga, oh cielos, intente con mi casi nula fuerza quitarmela de encima pero no pude, sentí el pinchazo doloroso en ese lugar y me quede tiesa en ese lugar , ahogue el grito de...¿"placer"? que quería salir y mis ojos lagrimeando por lo que acababa de ocurrir.-Ya está.-Acaricio mi nalga en donde había puesto la inyección y mi corazón mi cuerpo temblaron ante ese toque.-Tienes unas hermosas nalgas .-Y diciendo aquello se levantó con una carcajada, yo solo la mire con unas intensas ganas de que... ¿"continuara"?. Aquello había sido de lo más vergonzoso que me ha pasado.
-Pudiste ponerlo con más gentileza! Dolió!-Le mentí, no podía explicarme ni mucho menos que me gusto aquello, sacudí mi cabeza e intentaba tranquilizar a mi corazón, me seguia sintiendo abrumada por la sensaciones de su cuerpo, sus manos, de repente la mire y la note mas, Midori era muy atractiva... Mientras me colocaba bien mis anteojos, comencé a notar cosas que antes no me había fijado, su cuerpo, su cabello, su boca, sus pestañas, sus manos... todo me pareció extrañamente atractivo. Menos mal que Midori estaba distraída con el estuche que no notó nada de mi escrutinio.
Con vergüenza aparte la mirada, empezaba a notar que mi cuerpo comenzaba a sentirse más normal, me sorprendió que el efecto de la inyección fuera tan rápido.- Hey, me siento mejor.-dije en un susurro que Midori ni escucho, extrañamente... era así... no sabia como explicarlo... pero algo se sentía mejor en mi. Midori seguía hablando de algo, yo no la había estado escuchando, mi mente y cuerpo estaban aturdidos, me esforcé en prestar atención a lo que estaba diciendo.
-...Lo siento, pero es tu culpa por no quedarte quieta. Ufff... Mientras estés aquí, te pido que seas discreta, si Shisho nos descubre, me meterás en problemas con ella.-dijo mientras guardaba el estuche en uno de los cajones de mi escritorio.-Poco a poco sentirás que tu cuerpo va acoplándose con el suero, esperemos que haga su trabajo. Por tu bien y el mío.-Se acerco a mi y me ayudo a ponerme de pie.-Natsuki, esto es peligroso aunque tu no me creas, ahora mismo dentro tuyo es como si hubiera una guerra, y lo que acabo de inyectar es lo único que evita que esa guerra acabe metiendote en problemas.
-¿Qué clase de problemas?-Pregunte extrañada, pues su tono de voz me dio a entender que me estaba perdiendo de algo.
-Jeh.-Soltó un suspiro, como si temiera que le preguntara aquello pero sabiendo que tenía que responder tarde o temprano.-Lo que te tomaste no fue ni más ni menos que un suero de la fertilidad, ¿sabes? Si fueras una persona normal... Ahora mismo estarías metiendole mano al primero que lograra moverte esa fibra sensible, ya sabes... Estarias rogando por tener sexo... No me mires así, el suero tiene componentes afrodisíacos además de otras componentes que te ayudaran a tener una mejora en tu vitalidad... No voy a mentirte, lo tendrás difícil una vez se terminen las inyecciones...
-¿Q-Qué!? Por qué no me avisaste de esto antes de que me dieras ese susodicho suero!?-Ahora entendía un poco mejor lo que me acababa de pasar y eso no hizo mas que asustarme.- ¡Yo no quiero convertirme en aquello! ¡Yo no soy así...!-Midori estaba empezando a asustarme, no podía creer lo que me decía, yo que nunca he pensado seriamente en el se... sex... Ni siquiera podía decirlo ni en mis pensamientos, y... ¿¡supone que lo querré hacer con cualquiera ahora!?-¡No debiste habérmelo dado!-Le reproche mientras me tapaba los ojos.
-¡Que culpa tengo yo de que te lo hayas tomado aún sabiendo que te dije de antemano que esperaras a que hiciéramos más pruebas! Pensé que eras más inteligente, ¡no deberías tomar cosas que no sabes si tendran algun efecto negativo para ti!-Me recrimino Midori mientras me apuntaba con su dedo índice.-Wah...! ¡Se supone que te ayudaría, pero ahora ambas estamos en problemas! ¡¿Cómo le explico a Shisho que su hija se convertirá en una cachorrita en celo?!
-¡No me llames cachorrita en celo! Yo no soy así, no seré así!-Me negaba a aquello, y era absurdo, ya lo había comprobado hace unos momentos, ya era un hecho.-Has algo, ¡quita ese suero de mi cuerpo, antes de que sea tarde! ¡No lo quiero, prefiero seguir a como estaba antes!
-Eso es imposible, sera mejor que...- en eso escuchamos que alguien tocaba la puerta.
-¿Todo está bien aquí dentro?- Era mi madre, quien entro a mi cuarto con la mirada puesta en Midori.
-Oh... Shisho...- Midori empezó a sudar copiosamente, aquello extrañamente me emociono, con un leve temblor en la voz le respondí a mi madre que estábamos bien, que me sentía un poco cansada y Midori solo me estaba haciendo compañía.
-Bueno, ya la cena esta dispuesta para servirse, vengan a comer, tu padre anda preguntando por ti y por Midori.-Mi madre no muy convencida se marcho no sin antes dedicarme una mirada extraña, mi madre era muy observadora, había notado de seguro algo. Pero no quería decirlo. No ahora.
Ya de vuelta a solas, mire a Midori quien sentía un gran alivio que se podía ver reflejado en su rostro. Algo en mi se activo, no sabia que, pero ver que alguien pasara del enojo, preocupación al alivio me hizo sentir...alegre(¿?).
No pude evitar sonreír, Midori lo noto y se sonrojo avergonzada por alguna razón.
-Hablemos de esto luego, ahora vamos con los demás, ¿ya te sientes mejor, no?
-Uhm...-comencé a analizarme y si, no sentía dolor es mas, me sentía muy relajada, como si recién hubiese salido de un spa...-si, vamos.-Asentí y nos reunimos con los demás.
La fiesta transcurría como siempre, mi padre con las mejillas sonrosadas por el alcohol ingerido.
Mi madre con su semblante serio el cual aveces se le olvidaba cuando mi padre hacia algún comentario para hacerla sonreír.
Y yo, yo como siempre estaba a un costado comiendo en silencio y sonriendo con las ocurrencias de mi padre y sus amigos, la cena estuvo llena de conversaciones sobre anécdotas, risas sobre sucesos, emoción por la nueva noticia de que el libro de mi padre seria llevado al cine... En fin, todo lindo.
Llegando a las 1 a.m los invitados decidieron marcharse, yo estaba extrañamente muy cansada, apenas me mantenía despierta, mi madre lo noto y me sugirió que fuera a acostarme, que ellos se encargaban de recoger la mesa.
-Disculpa por no ayudarte a recoger todo mamá- dije mientras la abrazaba, creo que la tome de sorpresa porque por unos segundos la sentí tensa, al rato se relajo y me devolvió el abrazo.
Mi padre tarareando entraba a la cocina y nos vio a mi y a mamá abrazadas.
-¡Abrazooooos!-grito y se abalanzó hacia ambas y nos abrazo, nos reímos.
Me despedí de mi padre también, y me dirigí a mi cuarto, allí me cambie de forma lenta de ropa, me puse un piyama holgado, despacio fui a cepillarme los dientes, en eso me observe en el espejo de frente, no note ningún cambio, mi piel pálida, mi porte escuálido, esas pequeñas ojeras que siempre adornaban mis ojos, demostrando cansancio. Me mire tan fijamente que olvide que ya tenia sueño.
Suspire, después me dirigí a mi cama, revise mi celular, eran las 1:39 a.m, agradecía que no tuviese que levantarme temprano mañana, lei los mensajes que me habian enviado las chicas. Mai me habia enviado fotos de los gatos que se encontraba en su camino, Youko me recordaba que tenia que llevarle algún recuerdo, nada barato por supuesto. Y Yukino me preguntaba como me estaba yendo, y que le mandara sus saludos a mis padres.
Les respondí a todas y les desee buenas noches o días si es que lo leían a la mañana.
El cansancio era tanto ya, estaba justo por dormir, eso hasta que sentí mi celular vibrando y luego con el sonido de llamada entrante.
-¿Quién seria a esta hora?-Me pregunte, agarre mi celular, era un numero desconocido, lo conteste igual.-Hola, ¿si?...-Nadie respondió solo escuche como un suspiro ahogado desde el otro lado, seguí aguardando que alguien respondiera, pasaron unos segundos y volví a preguntar.-¿Quien es? por favor responda o voy a colgar...-Estaba comenzando a impacientarme, suspire y estaba por colgar cuando al fin hablo.
-Natsuki...- un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, de repente, la voz era de una chica.
-¿Quien es-?- colgó...
La chica había colgado, desesperadamente volví a marcar su numero pero me decía que el móvil estaba apagado o fuera de cobertura. Aquella extraña sensación se instalo en mi, de repente me sentí en estado de alerta, como si algo o alguien estuviese observándome.
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